Economía Digital
22 de mayo de 2023Por: Mauricio Rojas
Los dispositivos electrónicos han penetrado casi en todos los aspectos de nuestra vida. Día con día almacenamos mayores volúmenes de información en línea o en aplicaciones móviles, ante esta realidad debemos encontrar un balance entre seguridad y accesibilidad.
Mientras más plataformas, aplicaciones y sitios usemos, más contraseñas tendremos que memorizar; tema que sin ninguna duda agobia a muchos consumidores. Las contraseñas no son inmunes al robo, pueden ser vulnerables dependiendo de cómo las almacenemos, cuántas contraseñas diferentes podamos tener y con qué frecuencia las cambiamos.
Con la aparición de nuevas amenazas en forma casi diaria, es necesario implementar medidas para proteger a los usuarios del hackeo y el fraude, sin perjudicar la experiencia del cliente. Para la industria financiera bancaria, una respuesta convincente a estos desafíos llega en forma de una nueva generación de soluciones basadas en la biometría.
Las contraseñas se pueden compartir intencionalmente o no, mientras que la biometría es extremadamente difícil de replicar. El uso de datos biométricos para la autentificación de la identidad es algo con lo que muchos se pueden sentir familiarizados, gracias al uso de los lectores de huellas dactilares en los teléfonos inteligentes y porque no pensar en el uso de ciertos rasgos, como la huella de voz, patrones de huellas dactilares, reconocimiento facial, reconocimiento de retina o iris del ojo, termograma de infrarrojos de la vena, entre otros, tecnologías que se encuentran disponibles en el mercado.
Cada vez más, las instituciones financieras se están inclinando hacia la biometría para reemplazar el PIN, la clave, y mejorar la conveniencia en las operaciones bancarias diarias. La introducción de la banca en línea y la banca móvil ha brindado a los clientes una manera conveniente de interactuar con su banco en el momento y lugar que deseen de una manera aún más ágil.
Por todo esto es importante analizar el Exp. 21.321 – Ley de repositorio único nacional para fortalecer las capacidades de rastreo e identificación de personas, que se analiza en la actualidad en la Asamblea Legislativa. Esta iniciativa pretende construir una Plataforma Nacional de Identificación Biométrica, en la que se almacenará, en un único repositorio nacional, información biométrica de los costarricenses a los que el Tribunal Supremo de Elecciones les dota de identificación, así como de las personas extranjeras que la Dirección General de Migración y Extranjería registrará en dicho repositorio.
La intención es que este sea el único medio del país en que se albergue y custodie la información biométrica de tipo civil de las personas nacionales y extranjeras.
Es sumamente necesario exceptuar de dicho proyecto de ley a las instituciones financieras supervisadas por la SUGEF, SUGEVAL; SUPEN y SUGESE, pues el mismo les privaría de poder implementar tecnologías biométricas para lograr mayor seguridad y una mejor experiencia al cliente.
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