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¿Cómo elegir la moneda para mi crédito?

Daniela Gutiérrez
Por: Daniela Gutiérrez

Economista de la ABC

Una de las preguntas más frecuentes que recibo de conocidos y amigos como economista es, ¿en cuál moneda solicitar su crédito?

Existiendo en Costa Rica oferta tan amplia de crédito, tanto en moneda extranjera como nacional, es una consulta muy frecuente entre la población. Pero ¿cuál es la respuesta correcta? Pues no la hay; todo depende de las condiciones económicas, nacionales, internacionales y, sobre todo, el perfil de riesgo del deudor y su capacidad financiera para afrontar las variaciones en la cuota.

Analicemos cada aspecto a tomar en cuenta en esta decisión para entender esta respuesta.

Tasa de interés

A menos que la tasa del préstamo sea fija durante todo el plazo del contrato, lo cual es muy poco frecuente, lo primero en tomar en consideración es la tasa de interés. La tasa de interés es el precio que se paga por pedir prestado el dinero y en la mayoría de los créditos es variable. Se toma una tasa de referencia, y se le suma un margen. Esta tasa de referencia es distinta dependiendo de la moneda, pero ambas responden a varios factores de la economía, tanto nacionales como internacionales.

¿Qué significa esta diferencia en tasas de interés en la cuota a pagar mes a mes?

Entre mayor sea la tasa de interés, más caro es el préstamo, y, por lo tanto, mayor va a ser la cuota que se paga cada mes.

Por tanto, como las tasas de interés en dólares suelen ser más bajas en dólares que en colones, quiere decir que el costo de ese crédito es menor si se toma en dólares que en colones, y las cuotas mensuales también son menores. Como resultado, bajo este hecho, es más atractivo tomar un crédito en dólares.

Sin embargo, estas condiciones de tasas de interés pueden cambiar tanto en moneda nacional como en moneda extranjera, por condiciones económicas, nacionales e internacionales fuera del control del deudor, y aunque no ha sido común en los últimos años, puede darse el caso que las tasas en dólares igualen o superen las de colones, como es el caso en la actualidad, lo cual le quitaría lo atractivo a tener un crédito en una moneda extranjera.

En los siguientes gráficos se puede observar dos de las tasas de referencia más comunes en créditos en Costa Rica, la tasa Básica Pasiva (TBP) para colones y la tasa PRIME en dólares:

Como se puede observar en los gráficos anteriores, las tasas de interés son variables en el tiempo y nadie puede asegurar que sucederá con ellas a lo largo del periodo del crédito, menos aún si se trata de un crédito a largo plazo, como lo son los de vivienda que llegan hasta los 30 años. Por tanto, este riesgo lo comparten los créditos tanto en colones como en dólares. Y la ventaja la tendrá la moneda que mantenga una tasa de interés más baja.

Riesgo de tipo de cambio

Para quienes perciben sus ingresos en colones los créditos en moneda extranjera tienen un riesgo extra, que no tienen los créditos en moneda nacional y es el riesgo de tipo de cambio, puesto que tienen que cambiar los colones por dólares para pagar sus cuotas.

Para entender este riesgo cambiario, hay que entender cómo se establece el tipo de cambio en Costa Rica. Y es que el tipo de cambio no es más que el precio del dólar, que se determina en el mercado cambiario. Este mercado en la actualidad funciona bajo la modalidad de la flotación administrada, que consiste en que el precio es determinado por el mercado siguiendo la ley de oferta y demanda bajo la supervisión del Banco Central y que este último puede intervenir en el mercado cuando lo crea conveniente para amortiguar los cambios abruptos.

Ahora, ¿en qué consiste la ley de oferta y demanda en el mercado cambiario? Y como afecta esto el precio del dólar. La oferta y demanda es una cuestión de cantidades y escasez. Entre más escaso es un bien, mayor es su precio, porque más personas quieren el mismo bien y están dispuestos a pagar más por obtenerlo.

Quiere decir que el mercado del dólar se comporta como el mercado de tomates o cebollas. Los costarricenses estamos acostumbrados a llegar al supermercado y que el precio de estos productos sea un día uno y al otro día otro, algunos días más caro y algunos otros mucho más barato. Y este precio del tomate o la cebolla, al igual que el del tipo de cambio, depende tanto de la oferta como de la demanda de ese bien que haya en el momento. Por tanto, su precio siempre estará variando, y tampoco estará en control del deudor; es en este punto donde entra el perfil de riesgo de cada persona.

Perfil de riesgo: Aversión o propensión al riesgo

Al final la decisión sobre qué moneda tomar para un crédito va a depender de las preferencias del deudor, si este es averso o amante al riesgo. Si una persona es aversa al riesgo, va a preferir la posibilidad de tener menores ganancias con tal de minimizar la incertidumbre en un resultado, si a su vez es propenso o amante al riesgo, va a preferir siempre tener mayores ganancias, aunque el riesgo de no obtenerlas sea mayor.

Para entender qué clase de perfil de riesgo es el de cada persona, en particular en este tema de créditos, es fácil identificarlo. Si la variación del tipo de cambio no le preocupa, y más bien piensa que si esta baja, tendrá una ganancia extra al bajar su cuota es amante o propenso al riesgo, y probablemente tomar un crédito en dólares va a ser una opción viable para él.

Si al contrario no soporta la idea de que mes a mes su cuota sea distinta, o que en algunos casos sea mucho más alta por estas variaciones de tipo de cambio, y preferiría tener la certeza del monto que va a pagar durante todo el periodo, el deudor es averso al riesgo, y muy probablemente tener un crédito en moneda extranjera le va a generar un malestar y no sea la mejor opción para él.

Capacidad financiera para afrontar las variaciones en la cuota

Otro factor importante para tener en consideración a la hora de tomar la decisión es la capacidad financiera para afrontar las variaciones de la cuota, tanto provenientes de las variaciones de tasa de interés, que afectan independientemente de la moneda, como las causadas por la variación del precio del dólar, que afecta únicamente a los créditos en dólares para no generadores.

Y es que, si el deudor tiene unas finanzas sanas, en donde cuenta con un margen amplio para pagar sus cuotas, los cambios en esta no le van a afectar de la misma manera que lo harían a un deudor que tiene un presupuesto más ajustado y no cuenta con un colchón para enfrentar este tipo de cambios.

Si se identifica más con el segundo deudor que con el primero del ejemplo anterior, es probable que un crédito en moneda extranjera no sea una buena opción.

Un ejercicio sano que se debe realizar antes de tomar cualquier crédito y en especial uno en una moneda distinta a la que percibe sus ingresos, es realizar escenarios para determinar si, con alzas en la tasa de interés o en el tipo de cambio, seguiría teniendo la capacidad financiera para cubrir las cuotas.

Opiniones expertas divididas

A menudo expertos recomiendan a los deudores, tomar los créditos en la moneda en la que perciben sus ingresos para evitar el riesgo cambiario que se deriva de tener un crédito en una moneda distinta, mientras que otros expertos, aconsejan aprovechar las usuales bajas tasas de interés en moneda extranjera, argumentando que las posibles pérdidas por tipo de cambio son compensadas por cuotas más bajas.

Ambos criterios son contrarios, pero a la vez son correctos, y van orientados a personas con diferentes tipos de riesgos.

La crisis económica derivada de la crisis sanitaria vivida en el 2020 nos recordó una vez más, que nadie puede asegurar qué va a pasar en el futuro con estas y otras variables económicas. Ningún experto podría dar certeza si, al final del periodo, se va a pagar más o menos dinero por un crédito en colones o en dólares, porque hay demasiados factores que podrían afectarlo. Al final, la decisión radica en la preferencia del deudor, y su capacidad emocional y financiera para adaptarse a los cambios.