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Desigualdades por género en cifras, presentes en Costa Rica

Daniela Gutiérrez
Por: Daniela Gutiérrez

Economista de la ABC

En el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer en el mes de marzo, reflexionamos cada año sobre los logros alcanzados en pro de la igualdad de género y, principalmente, sobre los objetivos que faltan por alcanzar.


Son muchos y muy diversos las metas que aún se persiguen en nuestro país y en el mundo entero para conseguir una verdadera paridad. En este blog quisiera explorar la realidad en cifras de la situación en el ámbito laboral, utilizando información por género en Costa Rica sobre el uso del tiempo, nivel de bancarización y acceso al financiamiento para tener un mejor entendimiento de cuáles son las razones que no permiten a la mujer costarricense desarrollarse laboralmente, en igualdad de condiciones respecto a los hombres y así también evidenciar cuales son los marcos de acción que podrían generar un mayor impacto para reducir estas brechas.


Según la Encuesta Continua de Empleo realizada por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) para enero 2021 del total de la población el 50.4% son hombres y el 49.6% son mujeres, sin embargo, en la fuerza de trabajo, las mujeres solo representan un 40.0%; pero entre las personas desempleadas representan el 51.1%.


Por otro lado, el 16.5% de las mujeres trabajan en subempleo mientras que el 10.3% de los hombres lo hacen, siendo un 60.3% mayor este fenómeno en las mujeres. Por tanto, es notorio que pese a existir igualdad de cantidad entre hombres y mujeres en el país, el porcentaje de mujeres que se encuentran dentro de la fuerza de trabajo es notablemente menor y que de las que están dentro; su situación es menos favorable con respecto a los hombres, presentando mayor desempleo y subempleo.


Respecto a la población fuera de la fuerza de trabajo, también podemos encontrar cifras interesantes por género. Tal como lo es la disponibilidad para trabajar, en este aspecto existe un rubro de personas que están disponibles para trabajar, pero que no lo hacen porque poseen limitaciones tales como enfermedad o accidente, asistencia a centro de enseñanza u obligaciones familiares o personales, y en esta categoría la gran mayoría son mujeres, en específico un 72.6%.


Estos datos de disponibilidad con limitación para trabajar se relacionan estrechamente con la cifra del trabajo no remunerado en labores domésticas y de cuido de terceras personas que, de hecho, según el Instituto Nacional de la Mujer (INAMU) es la causa principal de la brecha entre hombres y mujeres en el mercado laboral.


Respaldan esta afirmación con los datos de la Encuesta Nacional de Hogares 2019, que estima que 449 mil mujeres no acceden al trabajo remunerado por atender obligaciones de cuidado y, la Encuesta Nacional del Uso del Tiempo del INEC (2017) refuerza este dato al señalar que el 28% de las mujeres que no están trabajando indican que es por esa misma razón, que además es la mayor causa de rotación en el ámbito laboral. Además, se indica que las mujeres utilizan un promedio de 35:49 horas en trabajo no remunerado y de cuidado mientras los hombres utilizan 13:42 horas, es decir aproximadamente un 169% más.


Respecto a bancarización y acceso al crédito según el estudio de Nivel de Bancarización y Capacidades Financieras de los Costarricenses de septiembre del 2018 realizado por la UNIMER para la Asociación Bancaria Costarricense se encuentra que los hombres tienen un 40% más de productos financieros activos que las mujeres. Por ejemplo, en tenencia de tarjetas de crédito se divide entre un 54.2% hombres y 45.8% mujeres, en préstamo personal el 63.7% los poseen hombre respecto al 36.3% mujeres y en préstamo para vivienda las cifras son similares representando el 62.9% hombres y el 37.1% mujeres.


Además de las personas que no poseen ningún servicio activo, el 58.0% son mujeres. Por último, respecto a la planificación del retiro también se presenta una gran brecha por género, ya que, en el perfil de los usuarios por tipo de régimen, encontramos que el 65.9% de los usuarios del régimen de la CCSS son hombres y apenas un 34.1% son mujeres, cifras que se repiten para el ROPC, 68.4% hombres y 31.6% mujeres y para el aseguramiento voluntario 59.0% hombres y 41.0% mujeres.


Estas cifras nos dan un contexto y una explicación para las brechas por género presentes en el mercado laboral y en el desarrollo personal de los ciudadanos costarricenses. La diferencia de uso del tiempo, oportunidades laborales y acceso al crédito dificultan alcanzar las ansiadas metas de igualdad en nuestro país. Por tanto, es necesario que se atiendan estas diferencias, con soluciones para el cuido de niños y personas adultas mayores que permitan a mujeres que tienen este trabajo no remunerado a su cargo, tener disposición de su tiempo para integrarse al mercado laboral, así como programas financieros orientados a aumentar los servicios financieros a mujeres para educación, emprendimiento, y vivienda que les permita mayores oportunidades de desarrollo.