Los bancos y su regulación

Los Bancos, al igual que otros intermediarios financieros, se encuentran sometidos a una intensa regulación y supervisión, tanto en la ley como por la Superintendencia General de Entidades Financieras.

¿Cuál es la importancia de esta regulación?

• Protege a los depositantes: El objetivo de la regulación y supervisión es garantizar que los bancos mantengan su solvencia, lo que se traduce en que los depósitos de las personas sean administrados en forma correcta y se mantengan seguros.
  
  
• Adecuado gobierno corporativo y administración de riesgos: La actividad bancaria es, por definición, una actividad que conlleva riesgos. Estos se encuentran implícitos en la naturaleza de las operaciones bancarias. La regulación busca establecer medidas adecuadas para mitigar esos riesgos y que, además, se gestionen adecuadamente por las entidades financieras.
  
  

¿Cómo me puede impactar la regulación?

Los destinatarios inmediatos de la regulación son las entidades financieras. Sin embargo, hay que considerar que esta va a tener una repercusión inevitable en los clientes bancarios, ya que el cumplimiento de ese conjunto de normas condiciona la relación entre los bancos y el cliente.

Un ejemplo de lo anterior es la normativa de crédito. Los requisitos que deben cumplir los clientes para obtener un crédito dependen de las políticas internas de los bancos y de las exigencias de los reguladores.

De igual forma, existen otras normas que abarcan aspectos más internos de los bancos, pero no por ello dejan de impactar a los clientes. Existen requerimientos específicos que, si bien buscan reducir el nivel de riesgo, tienen el efecto potencial de restringir, por ejemplo, la cantidad de recursos que los bancos pueden ofrecer al público para financiamientos. También podría tener efecto sobre las tasas de interés.

Los efectos de las normas que deben cumplir los bancos no se agotan o limitan a su ámbito interno, sino que repercuten en la totalidad del Sistema Financiero, dentro de los cuales nos encontramos los clientes bancarios.

Por ello, debe buscarse un nivel óptimo de regulación, que genera una adecuada mitigación de los riesgos y permita la prestación de servicios de calidad para los consumidores financieros.