Los bancos y su regulación
19 de abril de 2024Por: Daniel Castro
Tendemos a pensar que el éxito depende de grandes acciones y que existe una receta o una fórmula mágica para tener logros importantes. En redes sociales la realidad es que, para ver la “magia”, se requiere constancia y contenido de calidad. Si aún así buscás la fórmula, sé de algo que te puede ayudar y te lo cuento en mi aventura personal por Social Media.
Empecemos por entender qué es el Social Media:
”Los medios sociales se basan en la influencia y la interacción entre una audiencia pública que es cada vez más inteligente y participativa. Los medios sociales son un conjunto de plataformas digitales que amplifican el impacto del voz a voz; además, de ser medible y rentabilizable por la mercadotecnia”.
Cuando me dispuse a escribir sobre este tema, primero dije: Influencia, interacción, audiencia pública… ¿y cómo llegué yo aquí? No soy experta en el tema, soy bastante tímida para hablar en medios sociales, no me gusta llamar la atención ni hacer polémica… y podría llenar la lista de etcéteras.
Entonces, qué tengo yo para que alguien en mi organización -que tiene el prestigio de hablar siempre con criterio de experto- creyera en mí y viera el potencial que yo no alcanzaba a ver. Mi respuesta fue: “Yo tengo empatía con las personas”. Para que me entiendan por qué esto fue importante, antes de compartirles mi experiencia, creo que es necesario hacer un pequeño resumen sobre la historia de la ABC respecto a su comunicación externa y su relación con el público general.
Por mucho tiempo, para la ABC, socializar se limitaba a reuniones de Junta Directiva, Comités Técnicos y con entidades reguladoras, solo con pequeños grupos. Es decir, una comunicación bien clásica en la que prácticamente no teníamos apariciones en medios masivos. Por ello, el primer paso antes de tener presencia en redes sociales fue perder el miedo a participar en medios de comunicación masiva y dar a conocer nuestra labor como ente gremial, proceso que nos tomó algunos años y en el que fuimos aprendiendo muchas cosas.
Pasamos a ser más activos, pero seguíamos comunicándonos en una vía unidireccional con el público, en un momento en que la forma de comunicarse y dialogar estaba cambiando radicalmente. Esto nos llevó a querer interactuar más de cerca con el consumidor financiero, incursionando en Facebook en el año 2017. Para la organización fue todo un reto, hubo que ajustar la frecuencia y el contenido del mensaje y casi que ocupábamos una “varita mágica” para poder entrar en la conversación en esa red social.
Fue entonces como inicié esta aventura, y desde entonces he aprendido muchos trucos que procuro tener siempre en cuenta y que espero que a vos también te resulten útiles:
1. Saber transmitir vs comunicar.
¿Cómo transmitir? Hay que intentar averiguar un poco de las personas, hacer una pequeña investigación con el objetivo de detectar cuáles son las carencias de la gente. Si intuís cuáles son sus preocupaciones, podrías escribir contenidos acerca de eso para ayudarles. Además, vas a crear contenido más concreto. Ahora estás un paso más cerca del otro y podés aprovechar esa “intimidad”.
2. Compartir información vs abrirse.
Al principio, cuando no conocés a alguien, hay tensión, desconfianza, a veces hasta se puede estar algo a la defensiva; lo mismo ocurre en los medios sociales.
Si empezás por compartir simplemente información superficial como datos de nombre, edad, tus productos o servicios –ya sea propios o de tu empresa– no generás conexión. Sin embargo, al mostrarte como sos desde tus historias, vivencias y ocurrencias, pronto surgirá algo que llamará la atención de otros, a lo que seguirá un comentario, una sugerencia, un like o hasta una crítica. En ese momento, habrás creado un pequeño vínculo.
3. Buscar complicidad – Volvete cómplice.
Una vez que se conocen, han creado un vínculo, están entregando y recibiendo valor y comparten información importante para seguir creciendo juntos, llegará un momento en el que ni siquiera hace falta explicar mucho para entenderse. Así, se ha creado una complicidad entre las personas (o entre la persona y la marca), hay un sentimiento de pertenencia, de comunidad.
La varita mágica: Empatía.
Sos empático si comprendés las necesidades de las personas, te ponés en sus zapatos y procurás transmitir de la mejor forma las posibles soluciones o beneficios que ofrecés para ayudarles a mejorar su vida.
Ahora ya sabés por qué fue importante que alguien viera en mí esa cualidad de ser empática, esa es la varita que le da poder a esta “fórmula mágica” de transmitir, abrirse y crear complicidad.
Realmente espero que te haya parecido útil esta entrada, si lo fue, te agradecería que la compartás para que llegue a más gente.
Y hablando de Social Media…
¡esperamos seguir en contacto con vos a través del LinkedIn y el Facebook de la Asociación Bancaria Costarricense!