Si recibes un correo electrónico sospechoso, verifica la autenticidad pasando el cursor sobre el remitente para ver la dirección de correo real. Si proviene de servicios como Hotmail, Yahoo o Gmail en lugar del dominio oficial de tu banco, es probablemente fraudulento. Los correos legítimos de bancos suelen terminar en ".com" o ".cr" reflejando el nombre de la institución. Los ciberdelincuentes suelen urgirte a actuar rápidamente, pidiéndote hacer clic en enlaces sospechosos. Ante la duda, contacta directamente a tu banco. Si haces clic y eres redirigido, verifica la URL y el certificado digital (candado en la barra de direcciones), que deben coincidir con la página oficial del banco. Nunca ingreses tus datos en sitios que no sean oficiales.