Una madre adquirió un préstamo informal de ocho millones de colones para pagar exámenes médicos de sus hijos, quienes padecen una enfermedad degenerativa. La situación se complicó y perdió su casa, dejando a la familia sin hogar. La historia sirve como advertencia sobre los riesgos de los préstamos informales, que han aumentado en comparación con los préstamos formales en entidades bancarias. La familia enfrenta la posibilidad de separarse si no encuentran un techo. Se proporciona un número de contacto para aquellos que deseen ayudar.